sábado, 23 de octubre de 2010

Primer Nóbel peruano



Nuestro connacional nació en Arequipa, 1936. Mario Vargas
Llosa pasó su infancia entre Cochabamba (Bolivia) y las
ciudades peruanas de Piura y Lima.
A los dieciséis años inició su carrera literaria y periodística con
el estreno del drama La huida del Inca (1952). Poco después
ingresó en la Universidad de San Marcos de Lima, donde
cursó estudios de literatura. Viajó a Europa, donde empezó a
trabajar en la Radio Televisión Francesa y fue profesor en el
Queen Mary College de Londres.
Vargas Llosa publicó su primera obra, Los jefes (1959),
con veintitrés años apenas, y con la novela La ciudad y los
perros (1962) se ganó ya un prestigio entre los escritores que
por aquel entonces gestaban el inminente «boom» literario
iberoamericano. Estableció su residencia primero en París y
luego en Londres (1967), de donde se trasladó a Washington
y Puerto Rico.
Su madurez literaria llegó con La casa verde (1966),
verdadera exhibición de virtuosismo literario, cuya prosa
integra abundantes elementos experimentales, tales como la
mezcla de diálogo y descripción y la combinación de acciones
y tiempos diversos, recursos que empleó también en parte en
Los cachorros (1967) y en Conversación en la catedral (1969),
áspero retrato de la dictadura peruana de Manuel Odría.
En su quehacer novelístico posterior destacan Pantaleón y las
visitadoras (1973), La tía Julia y el escribidor (1977), La guerra
del fin del mundo (1981), en la que aborda la problemática social
y religiosa de Iberoamérica, y ¿Quién mató a Palomino Moreno?
(1986), basada en una investigación policial.
En este mes de octubre merecidamente le ha sido otorgado el
Premio Nobel de Literatura, máxima condecoración mundial que
puede recibir un escritor.
Es anecdótico que quien fuera su rival político y le ganara las
elecciones presidenciales en 1990, Alberto Fujimori, hoy cumple
cadena carcelaria por delitos graves de corrupción y crimenes
de lesa humanidad.
La historia parece haber hecho justicia casi 20 años después de
este episodio electoral. Aquel “chinito” sonriente hoy castigado
por la justicia peruana y Vargas Llosa premiado con el más
importante trofeo de las letras universales.

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