sábado, 23 de octubre de 2010

El cambio y sus retos


El 3 de octubre millones de personas
votaron por un rumbo distinto. Lo muestra
Lima –al abrirse un resquicio entre los
candidatos continuistas de una derecha
corrupta y aparecer una figura nueva,
Susana Villarán– en un triunfo que 60%
de encuestados califica de izquierda. Lo
evidencian los triunfos de candidatos por el
cambio en Cajamarca, Junín, Piura, Cusco,
San Martín, Arequipa, entre otros, y nuevas
posibilidades en segunda vuelta regional.
¿Es un salto al vacío, como dice la prensa
de la derecha continuista? ¿Eso hicieron
Lula, Mujica, Morales, Correa, Funes en AL
o Barrantes en Lima? ¡Vamos!
El cambio implica asuntos básicos.
1) La inclusión de amplios sectores
sociales, hoy excluidos, en los beneficios
del crecimiento económico. La gente quiere
sentirlo en su calidad de vida, sus ingresos y
salarios: redistribuir la riqueza concentrada
en pocas manos y transnacionales con
privilegios tributarios y concesiones
injustas.
2) El cambio es también respeto, trato
digno. Mucha gente está harta de atropellos
y abusos, de ser “perros del hortelano”,
ciudadanos de segunda, ineptos “para
poner en valor su propiedades” y de ver
cómo sus terrenos comunales, su pequeña
propiedad o su esfuerzo laboral son
entregados a grupos de poder sin consulta
previa, sin cuidar el medio ambiente, el agro
o el agua, por derechos míseros, salarios
minúsculos y sin derechos laborales: “cholo
barato”, desprecio a los pueblos indígenas
y maltrato a los emprendedores que producen
para el mercado interno, mientras la riqueza
sale del país sin industrializarnos ni invertir en
educación, salud, ciencia y tecnología o generar
empleo digno.
3) Cambio es reconocernos como país
multicultural, pluriétnico y multinacional.
4) Es transparencia y control ciudadano a la
gestión de las autoridades elegidas y su manejo
del dinero público. Terminar con la corrupción
generalizada desde Fujimori y democratizar la
representación política que hoy manipulan los
lobistas de los grupos de poder.
5) Es desarrollo económico descentralizado y
aprovechamiento de nuestros recursos naturales
con respeto al medio ambiente, rentas justas al
Estado y recuperar soberanía y decisión acerca
del uso y destino de estos recursos, evitando
nuevas vergüenzas como Camisea.
6) Es promover la Unidad Sudamericana para
negociar desde una plataforma común en el
mundo junto a Brasil.
Las fuerzas políticas y sociales que están
por el cambio tienen gran responsabilidad en
lograrlo. Deben levantar un programa común,
concordado, y demostrar que pueden ser UNA
alternativa de gobierno. Unirse para unir a gran
parte del país por el cambio.
Frente a la derecha dividida por sus cuotas de
poder, los que apuestan por el cambio deben
poner por delante lo que los une a favor de
la gente. Ninguno defiende un mercado sin
controles ni un estatismo trasnochado. Ninguno
puede sostener que no busca una reforma
tributaria que distribuya mejor la riqueza y
financie la educación, la salud, la vivienda, el
agro, la generación de empleo, el apoyo a los
emprendedores y a las mypes. Todos hablan
de una democracia participativa y comunitaria,
control ciudadano y transparencia, revocatoria
de autoridades electas, para enfrentar
la corrupción y legitimar una democracia
desprestigiada e ilegítima. Nadie puede obviar
el recuperar soberanía sobre nuestra economía
y nuestros recursos naturales para el progreso
y desarrollo para todos.
Estar por el cambio y poner por delante las
diferencias, los protagonismos personales o de
grupo y no al país y sus mayorías es incoherente
e irresponsable. Los que están por el cambio
son muchos, pero requieren articularse, no
mantenerse fragmentados. Los principales son
el PNP, las izquierdas, FS, los indigenistas,
ambientalistas y movimientos regionales. Hay
millones de independientes por el cambio. En
la unión está la fuerza de la victoria. Quienes
la obstruyan asumirán el costo de dar curso al
continuismo.

AUTOR : Javier Diescanseco

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