Corrupción en el Peru

Esta es la Historia de la...

No recuerdo donde lo leí. Fue, creo, en una Historia del Perú, donde narraban que durante el Virreinato, un “noble español”, quiso ser electo para concejal, entonces buscó a once nativos del lugar, los inscribió y resultó electo. Entonces, la errada idea que tenemos que la corrupción se inició en el Perú durante los gobiernos de Belaunde, García, Fujimori o algunos de nuestros conspicuos pasados presidentes, antecesores de los mencionados es incorrecto. Todos sabemos que la corrupción descaradamente se encaramó en el poder y lo consagró, en un olímpico desprecio a la opinión popular, como toda una práctica vergonzante, con una población casi resignada a una justicia que con los ojos bien abiertos condena impecablemente a una persona que roba para alimentar a sus hijos, y mira para el otro lado cuando de millones se trata pues sabe que recibirá, indudablemente, sus 13 monedas.
Todos estos años de aberrante corrupción han sido suficientes para casi destruir el sistema democrático. En el Perú se ha entronizado la cultura de la corrupción. Desde muy antiguo los peruanos somos tolerantes ante una amplia variedad de actos de corrupción en beneficio de las autoridades de bienes y recursos públicos. Esa costumbre no se inicio con Fujimori sino que tiene amplias raíces en nuestra historia. Esa tolerancia es una forma de complacencia ante una práctica habitual de los gobernantes. Si se da la posibilidad de que uno mismo, o un pariente o amigo le toque participar en forma electa, el hecho provoca esa complacencia que expresa una forma de deseo. La nuestra es una sociedad enferma, todo el mundo lo sabe, pero son pocos los que buscan curar de raíz ese maligno cáncer. Nuestros “brillantes” gobernantes le dan al paciente una aspirina para el mal cuando las papas queman y sus prebendas están en peligro.
La corrupción en nuestra patria no comenzó hace algunos años. Por ejemplo, es de público conocimiento, por la Historia del Perú, que en la época del Virreinato, el Virrey compraba el cargo en España y apenas llegaba a Lima vendía, al mejor postor, los mejores puestos del Virreinato. Quienes adquirían estas posiciones? .....los españoles y criollos económicamente solventes, los antecesores de nuestra actual oligarquía. Fue hasta alrededor de 1812 que se vendieron cargos en el Virreinato del Perú. Sin embargo, había ya huellas de lucha contra la corrupción. De acuerdo al Blog de Ciber-Etica Holismo Planetario, fue en el informe: “Discurso y reflexiones Políticas en el Reino del Perú” de Antonio de Ulloa donde aparecen las primeras muestras de repudio contra la barbarie que se vivía durante aquellos años.... Es en este informe donde se habla de la corrupción de los corregidores, que equivaldrían en la actualidad al cargo de Presidentes Regionales. Fueron sus actos de abuso y genocidio lo que provocó el levantamiento de Tupac Amaru II en 1780. Pero, de acuerdo a la publicación, se sabe que jamás un Corregidor fue condenado en
los juicios de residencia que se aplicaba a los funcionarios del Rey de España.... Igualito que ahora, donde los dueños de la pelota hacen todo lo que les da la gana, roban, matan, ultrajan, patean para los dos arcos y... aquí... no ha pasado nada...EN HUASIPUNGO NO HA PASADO NADA, NADA!!!!
Ya en la república la corrupción se multiplica, incluso muchos de los héroes del Perú estuvieron relacionados con malversaciones y enriquecimiento ilícito hasta llegar al primer gobierno de Allan García y la obscura década de la verguenza personalizada por el japonés Alberto Fujimori y su cuadrilla: Vladimiro Montesinos, Víctor Joy Way, Nicolás de Bari Hermosa Ríos y los ya sentenciados. Todos ellos tienen una característica común: LA IMPUNIDAD. La lucha contra estos males político-sociales radica en fortalecer las instituciones que se esfuerzan en la lucha contra estos grupos organizados los que se visten como defensores de la democracia, del progreso, de la economía. Realmente trabajan en contra de lo que predican y lo que buscan los corruptos es el bienestar propio olvidándose completamente del básico interés de la sociedad. Este mal endémico afecta a muchos países del mundo y se debe enfrentar, la corrupción, teniendo mucho cuidado con los jueces que tienen a su cargo casos relacionados con actos delincuenciales. Ha sido durante el juicio a Fujimori que se conoció que Montesinos manejó más de 1,000 millones de soles cuando se asignaba el presupuesto al SIN. De igual manera Fujimori en forma ilícita entregó 15 millones de dólares a Vladimiro Montesinos para ganar su silencio. Y como bien sostiene el Sr. Ramos Vargas del partido político Alianza para el Progreso, este acto negativo no ha sido tomado en su real significación al reconocer un ex presidente de la República -Fujimori- haber comprado el silencio de un corrupto. Como bien se sostiene, debemos TODOS los peruanos asumir que la corrupción no se debe tolerar, ya que provoca pobreza y anula la relación Estado y Sociedad Civil. La corrupción, considerada en forma general, es el aprovechamiento indebido de la administración de un patrimonio común. La corrupción gubernamental es la desviación de los fines de la función pública en beneficio particular. Los términos “corromper” y “corrupción” poseen una connotación significativa moral. (Rudy Mendoza Palacios – La corrupción en el Perú a través de la Historia). Ahora bien, para terminar esta estrecha historia. Son solamente corruptos nuestros gobernantes?
Cuánto de responsabilidad nos toca a nosotros mismos? Somos menos corruptos que los gobernantes cuando viajamos al Perú y pretendemos corromper tan luego bajamos del avión? Somos menos corruptos cuando nos pasamos una luz roja porque….somos vivos…? O cuando se lesiona a una persona y abandonamos cobardemente la escena del accidente? El Perú es un país lleno de políticos corruptos, con sus muy honrosas excepciones por supuesto, pero, podemos tirar nosotros la primera piedra?

SI QUEREMOS CAMBIAR AL PERU, COMENCEMOS CAMBIANDO NOSOTROS,
TODOS LO SABEMOS PERO POCOS LO HACEMOS.!!!!!!!!

Héctor Santillán
Elizabeth, NJ, 09/28/2010

AUTOR : Hector Santillan
FUENTE : Edicion Impresa pag 14 - Octubre 2010.