domingo, 3 de octubre de 2010

Crisis en Ecuador




!NO AL GOLPE EN
ECUADOR!
EL PUEBLO
ECUATORIANO SALIO A
LAS CALLES A APOYAR
SU REVOLUCION
CIUDADANA, Y
DEMOSTRO QUE ESTA
PREPARADO PARA
REPELER ESTE TIPO DE
ATROPELLOS
!ADELANTE, ECUADOR
TUS HIJOS ESTAN
PREPARADOS PARA
DEFENDER LA
REVOLUCION EN
DEMOCRACIA!

Policías decididos y alterados y un
presidente de la República, Rafael Correa,
desafiante fueron el corolario de la revuelta
policial que se registró ayer en el Regimiento
Quito Nº 1.
La protección y operativos policiales que la
ciudadanía se acostumbró a ver cuando el
Jefe de Estado asistía a un acto público esta
vez se convirtieron en insultos, agresiones y
violencia contra el que hace pocos días fue
blanco de protección.
La revuelta y toma del regimiento empezó
cerca de las 08:00 y de inmediato la
información llegó a Carondelet.
Tras una serie de reuniones con sus
colaboradores, como el ministro del
Interior, Gustavo Jalkh, y el secretario de
la Administración, Vinicio Alvarado, Correa
decidió ir al Regimiento a enfrentar y a
desmentir los presuntos perjuicios de la Ley
de Servicio Público a la institución.
Y así el Mandatario arribó al Regimiento. Ni
los insultos, ni gritos, ni las negativas de los
manifestantes, acompañados por una bomba
lacrimógena, persuadieron a Correa en su
intento de entrar al recinto.
La tropa reclamó por la eliminación de
las condecoraciones y bonos por años de
servicio.
Aunque ante los amotinados, Correa resaltó
las obras que el régimen hizo en beneficio de
los gendarmes. Recordó el incremento a sus
salarios, la dotación de armas, mejoras en sus
condiciones de trabajo. Pero esas palabras
en vez de calmar los ánimos aumentaron la
beligerancia y los gritos de: “No lo escuchen
a este mentiroso”, “abajo el Presidente”,
“queremos nuestros bonos”.
El punto más complicado ocurrió cuando
un grupo de manifestantes reiteró: “Lucio
presidente”, lo que molestó aún más al
Mandatario, quien se abrió la camisa y corbata
y advirtió a la tropa amotinada: “Mátenme si
tienen valor (...). Acaban de nombrar a Lucio
Gutiérrez (la tropa), para que vean de dónde
vienen estas cosas”.
Pese a convalecer de su operación en la
rodilla, Correa –acompañado por unos diez
miembros de su seguridad– intentó sin éxito
caminar hasta un patrullero para salir.
El Jefe de Estado calificó el hecho como una
“traición a la Patria” y justificó la decisión de
suspender los bonos y canastas navideñas,
debido a que eso es parte del incremento
salarial.
A partir de ese momento el caos y la violencia
se tomaron el lugar. Los gases lacrimógenos
se lanzaron a cada instante para impedir
el trayecto que hizo Correa por más de 30
minutos. Los insultos no pararon e incluso se
produjeron intentos de golpear al Mandatario
y su equipo de seguridad, pese a que el
ministro Jalkh comunicó a los uniformados su
intención de dialogar.
Correa –protegido por una máscara– cedió a
los gases y en más de una ocasión estuvo a
punto de desvanecerse. Los momentos más
críticos se produjeron cuando uno de los
manifestantes pateó la rodilla derecha del
Presidente y cuando una bomba estuvo a
punto de golpearle el rostro.
La seguridad presidencial –no más de seis
escoltas– llevó a Correa al hospital de la Policía,
donde recibió asistencia médica y permaneció por
horas ante la imposibilidad de salir por el rechazo
de al menos 300 uniformados que se apostaron en
las afueras a impedirlo.
Entonces dijo a la televisión pública que hay una
conspiración en contra de su gobierno, en la que
estarían involucrados sus propios compañeros
asambleístas. “Con dolor tengo que decirlo: no
solo de la oposición, son compañeros nuestros,
muchas veces fruto de indecisiones y dilaciones,
de no comunicar bien las cosas”. Tras ello
aseguró que piensa muy seriamente en aplicar el
mecanismo de la ‘muerte cruzada’.
Pasadas las 13:30, la noticia de que simpatizantes
de Alianza PAIS llegarían al hospital alteró a los
amotinados, que de inmediato, con radios en
mano, intentaron armar su estrategia.
Su principal temor siempre fue la participación de
miembros del Ejército.
Las primeras bombas por parte de los uniformados
se lanzaron cuando por la avenida Mariana de
Jesús llegaron los primeros oficialistas. Otra
vez volvieron los enfrentamientos y también
aparecieron los primeros heridos: más de una
veintena de asfixiados.
Un policía fue atropellado por un camión de
Correos del Ecuador cuando este fue atacado con
piedras y palos.
Pasadas las 18:00, el Presidente volvió a
pronunciarse desde el hospital, a través del estatal
Ecuador TV. Dijo que se sentía secuestrado. Y
comentó que una fuerza especial del Ejército a
esa hora tenía un plan para rescatarlo y llevarlo
a Carondelet, pero él no lo autorizó. Según los
médicos, él estaba en buen estado pese a las
contusiones y afectaciones por el gas lacrimógeno
y en la rodilla operada.

FUENTE : Edicion Impresa pag 18- Octubre 2010.

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