jueves, 3 de marzo de 2011

Presupuesto congelante


La cuenta atrás está lanzada. El viernes
5 de marzo, expira el plazo para que
demócratas y republicanos en EE UU
lleguen a un compromiso en el marco
de la negociación del presupuesto de
2011, que evite un parón virtual de la
actividad del Gobierno federal, como el
vivido en 1996. La mayor economía del
mundo se financia desde octubre con un
presupuesto de emergencia.
El presidente Barack Obama lanzaba la
voz de alarma el sábado. Si el Congreso
no llega a un acuerdo sobre el nuevo
plan de gasto, dijo en su discurso
semanal radiado, el Gobierno tendrá que
cesar sus actividades y la recuperación
económica se estancará. EE UU ya vivió
una situación de parálisis hace 15 años,
con el demócrata Bill Clinton de inquilino
en la Casa Blanca.
El riesgo, por tanto, es real. Sin acuerdo,
el 5 de marzo se cortarán las actividades
no esenciales del Gobierno de EE UU.
Unos 800.000 funcionarios podrían
quedarse sin sueldo. Cerrarán los 368
parques nacionales, monumentos y museos.
No habrá recogida de residuos peligrosos. Y
también se verán afectados algunos servicios
sanitarios y de asistencia a veteranos.
El parón no afectará a las operaciones para
preservar la seguridad y la protección del
ciudadano y de sus propiedades, como la
policía, centros penitenciarios o el control del
tráfico aéreo. Tampoco se verá afectado el
correo ni las instituciones que supervisan el
sistema financiero. El cheque con la pensión
llegará a los jubilados, y también el sueldo de
los legisladores.
Para evitar que las agencias se queden
virtualmente sin dinero mientras se negocia el
presupuesto para los siete meses que quedan
de 2011, demócratas y republicanos estarían
a punto de cerrar un pacto para extender el
régimen actual hasta el 18 de marzo. “Por el
bien de nuestra gente y de nuestra economía,
este bloqueo no puede continuar”, remachó
Obama.
Los conservadores, mayoría en la Cámara
de Representantes, exige aminorar el gasto
en 4.000 millones para negociar con los
demócratas sobre la base del presupuesto
aprobado hace 10 días, con un recorte de
61.000 millones para 2011.
Pero los republicanos saben que los
progresistas controlan el Senado y que
Obama vetará cualquier presupuesto con
recortes drásticos. La opinión pública se da
cuenta en este tipo de crisis de hasta qué
punto sus vidas dependen de Washington.
En una encuesta de Gallup, el 60% de los
estadounidenses quieren que se llegue a un
compromiso para evitar el parón.
EE UU espera cerrar el ejercicio con un déficit
de 1,6 billones. Entre tanto, la deuda nacional
bruta rebasará esta primavera el techo de los
14,3 billones.

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