lunes, 21 de marzo de 2011

Deja de ser cómplice!

 Por Mario Bartolini







De las injusticias de los llamados “poderosos”

Como sacerdote y religioso Pasionista he
hecho lo que tenía que hacer, en fuerza de
mi fe en Cristo, que sufre, no en una fría
cruz sino en tantas personas ofendidas en
su dignidad: ser “la voz de los que no tienen
voz” porque los, a quienes se les llaman
“poderosos”, les han arrebatado el derecho
de ser personas con todos los derechos, para
ser los esclavos de una minoría (esclavos
rurales sin plenos derechos laborales) y
para imponer, con la ilegalidad hecha ley y
la inconstitucionalidad de muchas normas,
la corrupción, el soborno, la fuerza policial y
militar, un modelo de desarrollo, inhumano,
excluyente e insostenible, que significa más
riqueza para unos pocos (lo ricos epulones
de los tiempos modernos) y más pobreza y
marginación para las mayorías y destrucción
del medio ambiente amazónico con toda la
riqueza en su biodiversidad.
La resistencia, justa y legal de los pueblos
amazónicos (originarios, indígenas, ribereños,
campesinos) contra un sistema de gobierno
que persiste en no reconocer, no sólo los
derechos sino la existencia de poblaciones,
debería contribuir a crear, a nivel mundial,
no solo una conciencia ecológica, en orden
a la defensa de la vida sobre el planeta tierra
sino también a despertar la responsabilidad
mundial hacia las víctimas del sistema
imperante. Parece que la convivencia mundial
haya hecho propia la respuesta de Caín a
Dios: “Acaso soy yo el responsable de mi
hermano?”.
Botemos en el basurero del tiempo, esta
historia marcada de complicidad (“nos hemos
acostumbrado a vivir sobre el sufrimiento ajeno
y eso lo consideramos normal) y recuperemos
el sentido comunitario y solidario de una vida
verdaderamente humana.
No se les reconocen a nuestros pueblos el
derecho de vivir “en su territorio” y de ser
“los gestores” de su propio futuro y de su
propio desarrollo: por eso se pone en venta
a la Amazonía y a los amazónicos. Los que
están llevando adelante este “sucio negocio”
demuestran todo su cordial desprecio
hacia la realidad y la pluriculturalidad
amazónica… están decididos en
destruirla, para favorecer los intereses
de las multinacionales: el territorio patrio,
puesto al servicio de los intereses de
otras naciones.
No sé cómo va a terminar el proceso en
curso: está en marcha una apelación.
Pero percibo claramente cuál es la
intención del gobierno y de los grupos de
poder económico.
El problema amazónico sigue vigente,
independientemente del resultado final
del proceso en curso.
Necesitamos estrechar nuestras manos,
unir nuestros gritos de protesta, presionar
a los responsables de los gobiernos para
que respeten los derechos de todas las
personas a vivir en dignidad y en un
ambiente saludable.

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