domingo, 30 de enero de 2011

No AL RACISMO



La Enmienda 14 de la Constitución
establece que toda persona nacida
en territorio de Estados Unidos es
estadounidense. Para cambiarla se requiere
el apoyo de dos tercios del Senado y la
ratificación en al menos 38 Estados.
Legisladores de al menos 14 estados
están promoviendo que sus respectivas
asambleas o congresos debatan y cambien
la Enmienda 14 de la Constitución, para
arrancar y negar la ciudadanía a cientos
de miles de ciudadanos estadounidenses
hijos de padres indocumentados.
Políticos racistas
La lista incluye Arizona, Pensilvania,
Alabama, Delaware, Idaho, Indiana,
Michigan, Misisipi, Montana, Nebraska,
Nuevo Hampshire, Oklahoma, Texas y
Utah.
Entre septiembre y octubre el Congreso
Federal hablaron fuera de agenda
una moción similar presentada por
ultraconservadores, pero no consiguieron
los votos necesarios para debatirla
en ambas cámaras. Sin embargo,
los promotores advirtieron que no
abandonarían los esfuerzos tras los
comicios de medio tiempo del 2 de
noviembre, cuando los republicanos
arrebataron a los demócratas el Control
de la Cámara de Representantes y cuatro
sillas en el Senado.
Desde el primer día
El miércoles (5 de enero),
simultáneamente a la instalación del
nuevo Congreso, legisladores de al
menos seis estados que figuran en
la lista anunciaron en Washington
DC que llevarán adelante una
campaña nacional y que, en caso
de que el Congreso no actúe sobre
el tema, promoverán que sean
los gobiernos estatales quienes
debatan y modifiquen la Enmienda
14.
Reunidos en las instalaciones
del Club Nacional de Prensa, los
parlamentarios, encabezados por
el senador Russell Pearce (republicano
de Arizona), autor de la Ley SB1070 que
entre otras medidas criminalizó la estadía
sin papeles en ese estado fronterizo con
México (siendo que en el resto del país
sigue siendo una falta de carácter civil no
penal), el grupo insistió en que se le debe
negar la ciudadanía a los hijos de padres
sin papeles que nazcan en territorio
estadounidense.
De inmediato grupos locales y nacionales
que defienden los derechos de los
inmigrantes tildaron de “racistas” a los
promotores del proyecto y exigieron al
Congreso y al gobierno del Presidente
Barack Obama no aceptar presiones y
desestimar este tipo de iniciativas que,
dijeron, lesionan gravemente los intereses
y derechos de la comunidad inmigrante.
“La migración ilegal es una enfermedad
de proporciones épicas”, reaccionó
el senador estatal Danny Burton
(republicano de Carolina del Sur), quien
además argumentó que la migración
indocumentada representa para Estados
Unidos un costo estimado de $ 113,000
millones.

Propuesta inmoral

Para Juan Vega, director del Centro Latino
Chelsea, en Boston Massachussets, la
propuesta de debatir la Enmienda 14 para
quitar la ciudadanía a los hijos de inmigrantes
indocumentados nacidos en Estados Unidos
“es inmoral y no constituye una solución justa al
problema de los 11 millones de indocumentados
que viven en el país”.
“Parece mentira que éste sea el próximo
asalto hacia la comunidad inmigrante”, agregó.
“El hecho que se enfoquen en un área tan
fundamental a los valores de este país es
preocupante y nos inquieta. Todo indica que
están buscando (los promotores) crear un clima
de mayor división en el pueblo y en la comunidad
inmigrante”, apuntó.
Durante la presentación de la propuesta
republicana un grupo de jóvenes pertenecientes
a Casa de Maryland, una organización de ayuda
a inmigrantes, ondeó una manta para protestar
por la recomendación.
“Esta iniciativa es ignorante, errónea, inhumana,
racista y no será aprobada”, dijo uno de los
jóvenes que fue expulsado del recinto por
personal de seguridad.
Rosa Lozano, una activista Casa de Maryland,
dijo que decidieron interrumpir el evento porque
no es justo que los legisladores estatales estén
presentando “leyes racistas, de odio”.
La comunidad latina/hispana está
dolida e indignada
El Consejo Nacional de La Raza (NCLR), la
principal organización hispana de Estados
Unidos, dijo que la propuesta hecha por
legisladores estatales de Arizona, Georgia,
Oklahoma, Pensilvania y Carolina del Sur
“busca destripar la cláusula de la ciudadanía
estadounidense consagrada en la 14 Enmienda
de la Constitución”, y que “al parecer estos
señores tienen un problema con la garantía
constitucional de que los niños nacidos en nuestro
país son ciudadanos estadounidenses”.

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