sábado, 23 de abril de 2011

Perú: lecciones de una votación.


Por Lucio Agustin Torres


De acuerdo a las primeras cifras los resultados para elegir Presidente, congresistas y parlamento andino desarrollado este 10 de abril, una mirada de las elecciones generales muestran, algunas lecciones que la población ha expresado a través del acto de votación. Trataremos de analizar algunos alcances cuando ONPE (oficina nacional de Procesos electorales) tiene resultados oficiales al 98% del conteo de votos.
Un primer punto, la derrota política del actual Presidente de la Republica y de su partido, extraoficialmente estaría alcanzando tres curules al congreso. Este rechazo histórico, resultado de la desastrosa, corrupta y antidemocrática forma de gobernar el País en dos periodos de gobierno (1985 – 1990 / 2005 – 2011). El partido que durante 80 años fue el más importante del País. Recién nacida en 1931, el APRA obtuvo en aquel momento 27 asientos en la Asamblea Constituyente. Ahora, después del disfrute absoluto y abusivo del poder, luego de ejercer el “mejor gobierno de nuestra historia” (según la cúpula aprista), se ve reducido a una representación irrisoria. Las estadísticas y los números, de la que tanto se jacta Alan García nos deja como herencia. Medio millón de hogares peruanos en pleno siglo XXI, cocinando con leña, hojas, ramas y bosta (excrementos), la forma más contaminante de preparar los alimentos, más de siete millones de personas en el Perú tienen pobreza extrema, el 60% de la población económicamente activa, la famosa PEA, es casi informal, sin ningún tipo de prestación social, somos penúltimos en nivel educativo entre 174 países evaluados, nuestros educandos tienen mucha dificultad para entender lo que leen, tenemos la tasa más alta de severidad y siniestralidad en accidentes de tránsito, el 18% de los niños menores de 5 años tiene desnutrición crónica, agreguemos a estos datos , la manera y forma de resolver los problemas sociales ( Islay, Bagua, etc. ) unidos a los problemas de corrupción , respuesta contundente- rechazo del pueblo peruano en estas elecciones al partido de Haya de la Torre.
Alberto Flores Galindo (1988) decía; La ciudadanía es muy débil en el Perú, de modo que seguimos siendo una “república sin ciudadanos”… “La república sin ciudadanos es pues el trasfondo social de donde emergen el caudillismo y la oligarquía como formas de organización de la política o tipos de gobernabilidad. El caudillismo se ha definido como la demagogia, la degeneración de la democracia. En vez del gobierno del pueblo y sus representantes, tenemos el imperio personal de un caudillo. En estos regímenes lo decisivo es
la presencia de un individuo que, dominado por una pulsión obsesiva por el poder, convierte el ejercicio del gobierno en un fin para satisfacerse a sí mismo y no en un medio para servir a las necesidades de la gente. En realidad, la lógica del caudillismo escapa de las determinaciones estructurales y de la misma racionalidad económica. El ansia de poder es lo fundamental “. Alejandro Toledo representa ese caudillismo que habla el autor; perdió la mitad de sus votos gracias a su estrategia de sembrar el miedo, vendiéndose como el salvador de la patria ante una catástrofe inminente. El golpe ha sido una caída anunciada y en picada, de 30% de intención de voto donde se mantuvo como la única opción “segura “de pasar a la segunda vuelta a los 15 % de los resultados de ONPE que lo dejo fuera, otro derrotado sin duda fue el Ex alcalde de Lima, el señor Castañeda se esforzó por demostrarnos su enorme incapacidad y talento para asumir una lid de este tipo. El señor Castañeda demostró, o con-firmó la regla que en nuestro país, ningún ex alcalde capitalino logra vencer en las elecciones presidenciales. El señor alcalde no pudo jamás diseñar una campaña capaz de sintonizar con el ciudadano, sobre todo, con el poblador del interior del país. Su falta de capacidad comunicacio-nal, sus continuos desencuentros con la prensa que cuestionaba su gestión, su falta de capaci-dad para sumir sus propios errores, su testarudez y empecinamiento al momento de culpar a todos, menos a los su propio entorno, por su estrepitosa caída y su patético intento por pare-cer siempre un perseguido, terminaron por sepultarlo. El alcalde que dejó la gestión con casi el 80% de aprobación, no logró alcanzar ni siquiera el 10% de los votos al final de la jornada.
La derecha más conservadora tuvo su representante en la persona de PPKK, un candidato que por momentos, sobre todo en días previos al anuncio de su candidatura, generó muchas expec-tativas, terminó por convertirse en un payaso más en este circo al cual falsamente seguimos denominando contienda electoral. ministro de Estado en los gobiernos de Fernando Belaúnde y Alejandro Toledo a quién trató de desacreditar a lo largo de toda la campaña, en un gesto que en lo personal me dejó serias dudas sobre el concepto de lealtad y las bondades personales de este señor, convirtió rápidamente a su campaña en un programa de farándula. Los electores esperábamos, dada su capacidad y su porte de hombre de Estado, algo más que polos coloridos con las iniciales de su nombre, algo más que sus bailes torpes al ritmo del PPKUY (la mascota de su campaña), algo más que sus desplazamientos a bordo del PPKAMION repartiendo llaveros y calendarios. Quien acompaña a segunda vuelta debajo del frente Gana Perú es Fuerza 2001. Es decir los cuatro candidatos del Presidente García no han podido defender la idea, el Perú de hoy estamos a punto de entrar a ser País de primer mundo, por sus tasas de crecimiento. Los números se pueden maquillar, la pobreza, exclusión y desigualdad son realidades inocultables. Parafraseando a Cesar Hildebrandt , destacado periodista peruano dice: “Esa gente es la que no se ha dado cuenta de que, en plena bonanza, hay en el Perú de Yanacocha y García 34,8 por ciento de pobres, de los cuales 11,5% son pobres extremos. Lo que nos sitúa por debajo de Chile, Argentina, Brasil, México o Colombia. Son los que no se han enterado de que en el Perú de hoy tienen sistema de desagüe el 53% de sus pobladores (datos del I NEI-ENAHO). Y
son los que no quieren saber que en el 2009 –las últimas cifras de las que disponemos– el 30,1 por ciento de la población nacional tenía déficit calórico, que es una manera burocrática de nombrar al hambre.
Eso explica en parte a Humala. El resto lo ha hecho la sinvergüencería, cada día más ignorante de una derecha que cree que la caída del muro y la ola mundial de conservadurismo de los 90 del siglo pasado, le da patente de corso para hacer lo que le da la gana y tratar a los demás, incluyendo a sus trabajadores, como una incomodidad fatalmente necesaria. Esa derecha que no se merece el país que siempre saqueó no se da cuenta de que su autismo guanero resulta inaceptable.”
La lectura de esta elección muestra descontento, ánimo reflejado desde el 2006, el mismo candidato como hoy, gano también en primera vuelta y fue impedido de llegar al poder, con el mal menor y el voto de la nariz tapada, toque de puertas a la embajada norteamericana, y toda la historia descubierta. Decían los beneficiarios del modelo neoliberal que Perú vivía diez años de esplendor económico, de un milagro que nos situaba al borde del primer mundo por las tasas de crecimiento, numerosas inversiones, nuevos bancos, grandes tiendas multiplicándose como hongos en todas partes, y miles de emprendedores haciendo buenos negocios. Creían que su bienestar y felicidad eran también de todas las peruanas y peruanos y que el éxito económico sería prolongado cinco años más con una victoria política que les parecía completamente segura. La realidad pudo más que sus buenos deseos y que su capacidad de crear castillos en el aire. Un tercio del electorado dijo claramente No. También no es verdad que exista ganador (es) ,hay dos opciones políticas cuya tarea es convencer a quienes no votaron por ellos, es mentira la nueva estrategia de la prensa vendida, quienes a través de sus medios pretenden desvirtuar el voto popular, asumiendo que ahora los perdedores sean los que coloquen la agenda política. El esfuerzo que nos queda es analizar cuál de las dos opciones beneficiaria al País. ¿Es hora de apostar por el cambio? O ¿regresamos a la Década del Asco?

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