domingo, 12 de septiembre de 2010

SEXO en la edad madura


“Tener pasión por algo es bueno, ser esclavo de esa pasión es destructivo”

¿Qué pasa con el sexo en la edad madura? Los científicos que estudian la
actitud sexual y tratan de establecer un número aproximado de relaciones
sexuales con relación a la edad coinciden en que entre los 16 y los 25
años existe la máxima frecuencia de relaciones sexuales.
Pasada esta edad, cada persona tiene un esquema diferente e individual
de comportamiento y frecuencia sexual; este comportamiento está
influenciado directamente por factores educacionales, sociales y morales.
Como ejemplo pondremos la diferencia de comportamiento sexual que
existe entre un hombre del campo y uno de la ciudad, entre un religioso
practicante y un ateo o no practicante, entre un hombre de la sierra y uno
de la costa o del oriente.
Cuando un hombre o mujer establecen su tipo de conducta sexual y llegan
con esta a la edad madura y cambian o se encuentran cerca de la vejez
sufren una presión social negativa, pues muchísimas personas le califican
de viejo y le quitan todo derecho de ejercer la gran mayoría de funciones
y especialmente las sexuales; se ve ridiculizado cuando realiza intentos
de mejorar su apariencia personal, y más aun si está acompañada de un
toque de coquetería o juventud como expresión de su vitalidad y de su
espíritu dinámico y emprendedor.
Existen muchos y magníficos ejemplos de hombres y mujeres que han
mantenido y mantienen gran vitalidad y productividad en etapas de la vida
muy avanzadas. Podemos citar como simples ejemplos a Miguel Angel
que en la séptima década de su vida construye la basílica de San Pedro en
Roma; Leonardo da Vinci; Víctor Hugo; Churchill. Mujeres como Madame
Courie y su trabajo en los rayos X, Golda Meir, la hermana Teresa de
Calcuta.

Sexo y madurez, en cifras

Cada vez es más satisfactorio encontrarse en la consulta con personas en
la séptima década de la vida que refieren que mantienen una estupenda
vida sexual con su pareja y dentro de un marco de ternura y amor;
desgraciadamente, se ven obligadas a no comentarlo pues tienen miedo
de caer en el ridículo de las críticas sociales que hacen referencia a viejos
que no deberían andar en cosas.
La presencia de relaciones sexuales con regularidad es un signo de salud
y vigor, sin que sea importante las cifras en frecuencia.
El interés sexual persiste en un 72% en los hombres y en un 65% en
las mujeres durante la sexta década de la vida; sin embargo la actividad
sexual se encuentra restringida a un 42% en los hombres y a un 36% en
las mujeres; estas cifras podrían ser mayores si lográramos dominar los
prejuicios y comentarios sociales.
En el grupo de personas, hombres y mujeres, que tienen la dicha y el
privilegio de seguir ejerciendo su sexualidad sobre la séptima y
aun octava década de la vida, su frecuencia coital varía desde una
vez diaria hasta una mensual.
Este hecho de tener vida sexual en edades tan avanzadas de la
vida muchas ocasiones condiciona a la llamada doble moral, pues
el anciano está clasificado como una especie de niño grande, se
le asignan funciones muy limitadas y hasta se piensa que sus
funciones sexuales simplemente no deberían existir. Tremenda
cojudez.

FUENTE : PAGINA 17 EDICION IMPRESA, SETIEMBRE 2010

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