sábado, 28 de agosto de 2010

Gloria internacional


http://www.youtube.com/watch?v=hViGWEp7ENI   VIDEO : INTERNACIONAL CAMPEON
BUENOS AIRES -- La Copa Libertadores ya
tiene nuevo campeón. El Inter de Milán había
levantado la Champions en Europa y ahora el
de Porto Alegre alcanzó la gloria en América.
El equipo dirigido por Celso Roth disputó 14
partidos, de los cuales ganó 8, empató 3 y
perdió 3 (todas las veces como visitante), con
un saldo de 20 goles a favor y 12 en contra.
Giuliano, autor del tercer gol en la gran final, fue
el máximo artillero del equipo con 6 tantos.
DE MENOR A MAYOR
Será que uno con el tiempo se hace más
exigente y pretende ver un poquito más de
cosas buenas. Nos conformamos con cosas
simples, que se maneje la pelota, que haya
una pared, un desborde. Pero casi sin darnos
cuenta, llegamos a los primeros 25 minutos sin
ver nada de todo eso.
En parte porque Chivas entró al campo con
la intención de no dejarlo jugar a Inter. Quería
sacarle el balón, pero lo cierto es que eso no lo
puede hacer nunca porque no tiene juego en la
mitad de cancha. La única manera que tenía de
impedir que el dueño de casa desarrollara su
libreto era chocándolo, cortando el juego. Sólo
así se iba a hacer un poquito más parejo.
Cuando todo hacía pensar que se irían al
vestuario en cero, Chivas se puso en ventaja
sin merecerlo. El gol llegó a los 42 del primer tiempo,
con una acción espectacular de Marco Fabián De la
Mora, quien dejó pasar la pelota tras un centro desde
la izquierda y la impactó de volea, colocándola arriba,
imposible para el arquero.
Sin la regla del gol de visitante en la definición, ese
tanto de De la Mora obligaba a jugar 30 minutos de
tiempo extra por el triunfo brasileño en Guadalajara. Sin
embargo, ninguno de los dos protagonistas especuló
con el correr del tiempo.
En el arranque del complemento, Chivas no preocupaba
al adversario y eso lo condicionó. Se piensa: “Y si hago
un gol de casualidad, ¿me tengo que tirar atrás?”. El
fútbol mexicano no es para eso, le gusta mucho el ida
y vuelta, son livianos en el mediocampo, van y vuelven,
aunque no sean siempre productivos, tienen la intención
ofensiva.
Por su parte, Inter salió a buscarlo con el empuje de su
gente y casi marca mediante dos remates desde afuera
del área. Y a los 16, Kléber volvió a marcar la diferencia
por el andarivel izquierdo y tiró un preciso centro que
aprovechó muy bien Rafael Sobis, al anticipar al seguro
Michel.
En la columna de la semana pasada me preguntaba
cómo iba a hacer Chivas, con sus tres defensores, para
frenar la subida de los laterales brasileños. Cuando
se defiende con tres y el rival coloca dos delanteros,
los stoppers tienen trabajo asignado, pero el último
hombre, si no es muy rápido, duda siempre en salir o no
a cortar a los costados. En México, el conjunto de Real
había logrado contener a Nei, pero no a Kléber, quien
desbordó cuatro o cinco veces. Y fue precisamente el
marcador de punta izquierdo el autor intelectual del
empate.
Lo peor es cuando se anticipa el peligro del adversario,
como los desbordes de Kléber, y uno pierde por esa
vía. Recuerdo que cuando con Boca definimos la
Libertadores 2003 contra el Santos, jugamos el primer
partido en La Bombonera. Ellos tenían a Fabiano,
Renato, Ricardo Oliveira, Diego y Robinho, pero para
mí el más peligroso era Léo, que llegaba al fondo 10
veces por partido. Jugamos con un 4-4-2 y le dije a
Javier Villarreal: “Si vos impedís que Léo desborde, vos
ganaste la mitad del partido”. Villarreal podía ser salida,
pero su principal responsabilidad era marcar a Léo. Y
el lateral izquierdo brasileño llegó a desbordar sólo una
vez, cuando ya estábamos 2-0.
Si yo sé que Kléber es un peligro para mí, tengo que
pensar cómo anularlo. No voy a tener 11 complicaciones
enfrente, a lo sumo dos o tres. Al que me complica la vida,
le tengo que hacer algo para que no me la complique.
Si perdés por consecuencia de no haber impedido la
mayor fortaleza del adversario, entonces te faltó rapidez
mental. Atención: tal vez el técnico dio las órdenes y el
jugador no las cumplió. No lo sabremos.
Creo que ahí el partido se terminó. El empate parcial
le dio a Inter la tranquilidad para seguir jugando. Tenía
calma no sólo porque el resultado lo favorecía, sino
porque Chivas corría detrás del balón y no generaba
riesgo.
Chivas no tiene mucho poder ofensivo, ni siquiera de
local. Bravo no es un mal atacante, va bien arriba, es
oportunista, le pega con las dos. El tema es que se la
pasa peleando y es uno solo contra el mundo. Bautista
no produce nada, es un buen jugador, pero se pasea
como segunda punta, como enganche. Tiene una
actitud muy pasiva. Su equipo debe ser superior al
adversario para que el Bofo se luzca. Si es inferior, él
no va a cambiar el destino.
Lo raro es que en los partidos a nivel local, todos los
equipos mexicanos piensan en el arco de enfrente.
Y particularmente Chivas tiene una de cal y una de
arena: cuenta con el poder adquisitivo, pero corre con
la desventaja de no poder incorporar extranjeros, que le
aportarían un plus.
A 15 del final, Leandro aprovechó un impreciso toque
atrás, robó, corrió y definió cara a cara con el arquero
para el 2-1 del Inter. Si ya se lo veía resignado con la
igualdad, Chivas terminó de entregarse en desventaja.
Ya no tenía fuerza para buscar el segundo.
La frutilla del postre llegó con la mejor jugada del
partido, la del 3-1. El ingresado Giuliano la controló
en la puerta del área grande, amagó, pasó entre dos
defensores y la picó justo ante la salida de Michel. Lo
destacable es que recibió estando parado, arrancó a
gran velocidad, dejando parados a sus marcadores, y
definió con categoría. La cifra definitiva la puso Bravo,
con un descuento anecdótico.

AUTOR : REDACCION
FUENTE : EDICION IMPRESA ; PAG 18 - AGOSTO 2010.

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